martes, 15 de julio de 2014

Formas de decir verano



Querid@s honobonian@s:

Os confieso que lo hemos dudado. Después de todo, hay que ser muy valientes para convocar una reunión en julio. Muy valientes para asistir, debería haber dicho... Y, sin embargo, ¿es que no hemos demostrado ya nuestra perseverancia y nuestro valor? Nunca es suficiente. Como todas las aventuras, la nuestra tiene los ingredientes propios de un viaje (curiosidad, apertura y tiempo) y resulta apasionante.

¿Y qué haremos en julio? Para responder a la pregunta, requiero un poco de vuestra imaginación (una vez más, lo sé, lo sé, perdón). Imaginaos por favor que somos realmente viajer@s. Y que los libros son nuestras naves. ¿Y qué haremos en julio, si en nuestra última sesión decidimos darnos tres meses para leer a Ihara Saikaku (El gran espejo del amor entre hombres. Historias de samuráis e historias de actores. 2 vol.- cada cual que elija uno o los dos-) y recibir al Prof. Carlos Rubio el último martes de septiembre? ¿Qué haremos en julio sin libro, sin embarcación, sin nave?

Pues muy fácil: descansar al cuidado de nuestro anfitrión. Era una costumbre muy arraigada en el mundo antiguo. Ya fueran palacios o islas para el esforzado Odiseo; o ventas para el afamado Don Quijote, ¡no había héroe que se preciara, que no aceptase el regalo del amable reposo! ¿Y no somos héroes y heroínas nosotr@s?

El palacio en nuestro caso es Lfont Tea Mountain (Martín de los Heros, 37) Y estas son las palabras con que nos convoca Manuel, generosamente, para el próximo martes 29 a las 19:00 h. Una hermosa forma de decir verano.

Pedro Pablo Ontoria


ULTIMA TARDE DE LA TEMPORADA

Hola,


Se acerca el fin de mes y por lo tanto nuestra cita del último martes del mes con los demás amigos del club Honobono. En esta ocasión y para cerrar la temporada me gustaría invitaros a una tarde diferente, charlando de té y participando en una cata.

Quisiera compartir con vosotros esto que para mi es una pasión y desde hace unos años mi forma de vida. Espero que podamos pasar un rato agradable junto a buenos amigos y una taza de té.
Os dejo con un fragmento de  El libro del Té  de Kakuzo Okakura.


¡Oh, néctar delicioso!

¡Oh, néctar delicioso! Las membranosas hojuelas permanecen suspendidas como nubes escamosas en un cielo sereno o bien flotan como blancos nenúfares en un estanque esmeraldino. Es de esta poción, de la que cantó Lu Wu, el poeta T’ang: “La primera taza humea en mis labios y mi gaznate; la segunda viola mi soledad; la tercera penetra en mis entrañas y remueve en ellas millares de raras ideografías; la cuarta me baña en leve sudor y todos los pesares de mi vida son eliminados a través de mis poros; a la quinta taza estoy purificado; la sexta me transporta a la morada de los inmortales; la séptima… ¡ah la séptima! Pero, ya no puedo beber más. Siento que el soplo de un aura fría hincha mis mangas. ¿Dónde está Horaisan, nuestro paraíso? ¡Ah! Dejad que me encarame sobre esta dulce brisa, me meza en sus ondas y que ella me conduzca allí”. (Kakuzo Okakura)



Un abrazo

Manuel Moreno

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