Querid@s honobonian@s:
Nada en la naturaleza atiende a una sola
voz, a una sola lengua, y cada una descubre a su manera distintos matices y
niveles de comprensión en lo que retrata. Algunas avanzan con cuidado exquisito
por todas las horas del día y conceden vocablos nuevos a cada nueva conquista
con que la luz se adueña de manera diferente de todas las cosas. Otras son
aptas para el mundo de las ideas y dividen como bisturís categorías, perfilan juicios
y alumbran mediante proposiciones, como peldaños de una escalera hacia la
claridad inteligible, lo que a primera vista es abstracto o está disperso.
Otras están hechas para cantar.
Según cuenta Borges, Rafael Cansinos Assens
era capaz de saludar a las estrellas en catorce idiomas clásicos y modernos; y
Richard F. Burton soñaba en diecisiete, pero podía hablar algunos más. Ambos
eran además traductores, lo que no es tan obvio como parece: la diferencia es
la misma que la que media entre cualquier persona competente en su lengua
materna y un escritor. La traducción recurre seguramente a varias fuentes que
no tienen por qué estar presentes en la comunicación verbal estándar. Podríamos
decir que reúne lo mismo que cualquier oficio: formación, habilidad, una
paciencia infinita, amor por la materia que se forja y el incomprendido
disfrute común a todas las actividades marginales; pero en lugar de subrayar
todo eso, nos parece más revelador y estimulante volver a Borges y citar lo que
él mismo dice de Burton: “del solitario oficio de escribir había hecho algo
valeroso y plural”.
Esas pueden ser las cualidades que animan el
espíritu del traductor literario, no muy distintas de las de un explorador
geográfico o científico: el valor y una curiosidad innata que no se conforma
con una visión unívoca y monolítica de la realidad.
En nuestra próxima reunión contamos con un
invitado especial: Naoaki Shimada, traductor de oficio, que ha desempeñado su
trabajo tanto en el ámbito empresarial contemporáneo, como en el terreno de la
literatura. Se trata de un privilegio para nosotr@s, ya que ha sido el primero
en dar voz en nuestra lengua a dos relatos largos de Kôda Rohan: La pagoda de cinco pisos y El samurái barbudo, ambos incluidos en
el libro que afrontamos este mes. Una aventura que ha resuelto con un estilo
limpio, bien compensado, en suaves periodos que no descuidan el ritmo de las
palabras en español. Una aventura en la que se medía con Rohan, que reposa
parte de su grandeza en dignificar de nuevo las voces de la tradición y
descubrir en ella nuevas irisaciones, cuando la mayoría denostaba el pasado por
un amor ciego a Occidente. Una aventura
plagada de reflexión, de anécdotas, de íntimas alegrías y, sin duda, numerosas dificultades,
que nos hará revivir justo como haría cualquier explorador a la vuelta de su
viaje conversando con sus amigos.
Agasajaremos a nuestro invitado con una cena
temática (en un restaurante japonés, ¿a alguien le extraña?) donde quienes lo
deseen podrán proseguir la tertulia, por lo que la sesión concluirá media hora
antes de lo habitual.
ROHAN, Kôda: El samurái barbudo, traducción de Naoaki Shimada, Gijón, Ed.
Satori, 2012
Lfont Tea
Mountain
C/Martín de los Heros, 37
28008 Madrid
Metro Argüelles
De 19:00 a
20:30 h.
Día 29 de abril
Un fuerte abrazo.
Pedro Pablo Ontoria
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